Cuando observamos con detenimiento el mundo donde nos movemos, podemos comprender fácilmente que, a menudo, todos estamos basando nuestras conversaciones en torno a la conciencia del “yo y lo mío”. Esta conciencia, es la que nos tiene cautivos en logros o pérdidas.
Esta dualidad altera nuestros estados de ánimos y hacen que vivamos una bipolaridad constante, con respecto a que conquistamos o que perdemos. Ante esto, ni siquiera nos damos cuenta con que facilidad, nos tornamos esclavos de dichas conquistas o pérdidas.
Constantemente decimos “mi esto” o “mi lo otro”… Mi mano, mi coche, mis hijos, mi esposa, mi país, mi religión. Muy pocas veces entablamos charlas con personas que verdaderamente se hayan puesto a analizar esto. Pocos estudian profundamente lo finito y perecedero, comparándolo con lo imperecedero y su eternidad.
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Muchos menos aún, comprenden que finalmente no poseemos nada. Por ende, todas las afirmaciones constantes de sentirnos poseedores de tal o cual cosa, no son más que una ilusión, que solo se sustenta en la imaginación social.
Constantemente sentimos que somos un cuerpo material, sin siquiera darnos cuenta, que cuando hablamos del cuerpo diciendo “mi cuerpo”, no tenemos ni idea de quién es “MI”. La pregunta inmediata que un ser despierto y analítico debería hacerse es: ¿quién es Mi?.
Cuando llegamos a hacernos esta pregunta, en este punto es donde empieza a suceder la magia, es el principio de la interminable búsqueda de nuestra realidad original. Los Vedas describen con claridad la naturaleza intrínseca de lo “no perecedero”. ¿Qué es aquello que sentimos en falta, en el preciso instante que vemos un cadáver? ¿Es acaso el Alma Eterna, plena de conocimiento y felicidad?.
Debido a que somos alma espiritual, nuestra posición es ānandamāyā.
Ānandamāyā significa siempre bienaventurado. Porque somos partes integrales de Dios… Dios es dichoso, completamente bueno, sac-cid-ānanda… Sat: significa eterno, cit: significa pleno de conocimiento y ānanda: significa lleno de bienaventuranza o felicidad.
Krishna dice en el Bhagavad Gita 15.7:
mamaivāḿśo jīva-loke
jīva-bhūtaḥ sanātanaḥ
manaḥ-ṣaṣṭhānīndriyāṇi
prakṛti-sthāni karṣati
“Las entidades vivientes de este mundo condicionado son Mis partes fragmentarias eternas. Debido a la vida condicionada, están luchando muy afanosamente con los seis sentidos, entre los que se incluye la mente”.
La parte y el todo
Aquí dejo una simple explicación de una Conferencia sobre el Srimad Bhagavatam 1.2.9 dada en Detroit, 3 de agosto de 1975, por Su Divina Gracia A.C. Bhaktivedanta Swami Prabhupada:
“…La parte nunca es igual al todo. Pero la calidad es la misma. Por lo tanto, nosotros, siendo parte integral de Kṛṣṇa, el Señor Supremo, estamos tratando de utilizar nuestra posición constitucional original. Esto está pasando. Pero lo estamos haciendo sin Kṛṣṇa en este momento. Por lo tanto la sociedad no tiene éxito. La parte debe permanecer con el Todo.
He dado este ejemplo muchas veces, que un pequeño tornillo de máquina de escribir o de cualquier máquina, debe permanecer con toda la máquina. Entonces tiene valor. Si está fuera de la máquina, no tiene valor. Un pequeño tornillo en el automóvil, mientras esté con el automóvil, tiene valor. Y tan pronto como se arroja fuera del automóvil, no tiene valor.”
Así mismo, como Srila Prabhupada explica aquí, somos parte y porción del ser supremo y consecuentemente, nuestra composición es la misma: sat, chit y ananda (eternidad, conocimiento y felicidad). Solo que de una manera microscópica, como el ejemplo del mar y una gota del mar, la composición es la misma. La parte y el todo.
Es esencial que entendamos que, sin situarnos en la comprensión teórica de nuestra realidad constitucional, es prácticamente imposible que podamos pasar a un estado de conciencia vivencial y palpable. Desde el estudio de nuestra realidad eterna, podremos establecernos en el presente constante, así mismo sucederá con el conocimiento y la felicidad, es un hecho irrevocable.
Ahora, para transformar nuestra conciencia, es esencial que empecemos a sentirnos a nosotros mismos como lo que verdaderamente somos. Más allá del estudio teórico, siempre tendremos sensaciones que nos direccionen naturalmente a esa sensación auténtica de nuestra composición original.
Somos seres eternos, que viven en un presente constante ya que el tiempo dual del pasado y futuro, no son más que creaciones mentales, potencializadas de manera exponencial por una sociedad, que vive la realidad material como única opción plausible.
Desenvolver verdadero conocimiento es sentirnos un alma y, es justamente el conocimiento de esto lo que hace que seamos verdaderos conocedores, no solo de nuestra realidad espiritual, sino también de la materia que nos cubre.
Procesos de percepción
Hay diferentes maneras de llegar a la comprensión necesaria para comprender el verdadero yo. En los Vedas se dividen en 3 grupos: pratyaksha, anumana y shabda.
- Pratyaksha: se refiere al saber obtenido a través de la percepción sensorial;
- Anumana: es el conocimiento por inferencia o deducción;
- Shabda: es lo que aprendemos a partir de escrituras reveladas autorizadas.
A lo largo de su historia, los filósofos occidentales han elaborado sus teorías deambulando entre pratyaksha y anumana. En las culturas más antiguas, el método más autorizado es aún el shabda. Esto se debe a que se conservan los conocimientos en el idioma original.
En la India, (original Bharata Varsha), es habitual conseguir con mucha facilidad literaturas de más de 5000 años. El conocimiento escondido en estos libros no está condicionado a mentalidades manipuladas, la pureza de los escritos estaba directamente relacionada a la pureza de los escritores, por ende, el mensaje carga el poder de la transformación de la conciencia.
Lógicamente, cuando hacemos una breve comparativa literaria, podremos establecer este hecho fácilmente. Las personas que se dedicaban a escribir estas literaturas filosóficas, practicaban lo que escribían. Esto marca una diferencia muy grande, estos libros llevan dentro el empoderamiento de la mística real. Las vivencias adheridas por los escritores que vivían en “eternidad, conocimiento y felicidad”.
Adquirir conocimiento a través de las escrituras sagradas se encasilla en esta epistemología. Por medio de shabda, entramos en contacto directo con sabios que vivían en eras completamente diferentes a lo que hoy en día vivimos.
Esto implica que, sus experiencias plasmadas en los libros, generan un caudal de conocimiento muy difícil de comparar a lo que nos establecieron como tema de estudio en las escuelas oficiales del pensamiento.
Estos escritos, rompían con los pactos establecidos por la elite, en pro de mantener a la masa en una línea de pensamiento. En estos tiempos, el porcentaje de lectores de este conocimiento es ínfimo. Estamos muy lejos de que sean aprovechados por las distintas disciplinas de las ciencias y las humanidades.
El bien y el mal
Los conceptos acerca de la moral, el bien y el mal, la mente y el sentido de la vida ofrecidos en los Vedas podrían transformar Kali Yuga. Es un hecho que hay un deseo perverso que no permite, que este conocimiento, se transforme en algo viral.
Por otro lado, teniendo en cuenta la presencia atómica de Krisna en cada una de las situaciones vivenciadas, es muy probable que Él mismo sea quien prefiera establecer Los Vedas como un conocimiento muy exclusivo. Exigiendo cierta cualificación para manifestarse en nuestras vidas.
El pensamiento occidental, con su exaltación del yo y una pugna entre deseo y represión, encontró en las filosofías new age la solución a la neurosis intrínseca de su tradición: la aniquilación del concepto del yo.
Esta rama del new age solo manipulo todo en pro de que las personas carezcan de enfoque y consecuentemente mezclen todo, generando como resultado un entorno muy débil a la hora de poner en práctica la concientización del alma. El sentimentalismo y la confusión de los egos se transformó en un lenguaje habitual en dichos círculos.
La filosofía Vaishnava, aunque tiene similitudes cardinales con el budismo, como el concepto de ahimsa (no violencia) y el control de la mente, propone una visión completamente diferente con respecto a la identidad y el yo. Lejos de olvidar la concepción de su yo individual para lograr una consciencia plena, es necesario que la entidad viviente recuerde su verdadera identidad.
Nuestra identidad eterna
Esta verdadera identidad es la de ser un sirviente eterno de Dios. Para que podamos establecer una relación con Dios, es esencial situarnos en la conciencia del alma, desenvolviendo una profunda comprensión de nosotros como individuos espirituales.
Solo desde esta conciencia es que podremos mantener una relación con lo divino, negando nuestra individualidad sería imposible interactuar, más allá de que la negación no sea más que algo superficial.
Es imposible dejar de ser individuos, las filosofías personalistas intentan establecer esta idea pero son antinaturales, por lo tanto, no logran generar más que confusión y distanciamiento de la esencia natural del alma.
La mente y el ego falso
La mente condicionada hace que la entidad viviente se confunda con una identidad ilusoria y temporal, dada por su cuerpo, su género, su nacionalidad y sus ocupaciones. Esto es denominado ego falso, el ego verdadero se reconoce a sí mismo y no vive las identidades falsas relacionadas al cuerpo material.
Así como lo describe Krishna en el Bhagavad Gita 3.27:
prakṛteḥ kriyamāṇāni
guṇaiḥ karmāṇi sarvaśaḥ
ahańkāra-vimūḍhātmā
kartāham iti manyate
“El alma espiritual que está confundida por la influencia del ego falso se cree la autora de actividades que en realidad son ejecutadas por las tres modalidades de la naturaleza material.”
Significado por Srila Prabhupada:
“Dos personas, una con conciencia de Krishna y la otra con conciencia material, trabajando de modo similar, puede que parezca que trabajan en el mismo plano, pero hay un abismo entre sus respectivas posiciones.
La persona con conciencia material está convencida por el ego falso de que es la autora de todo. Ella no sabe que el mecanismo del cuerpo lo produce la naturaleza material, la cual trabaja bajo la supervisión del Señor Supremo.
La persona materialista no sabe en absoluto que, en fin de cuentas, se halla bajo el control de Krishna. La persona con ego falso se jacta de hacer todo independientemente y se atribuye todo el mérito de ello; ése es el signo de su nesciencia.
Ella no sabe que este cuerpo burdo y sutil es creación de la naturaleza material, bajo la orden de la Suprema Personalidad de Dios, y como tal, sus actividades mentales y corporales deben ocuparse en el servicio de Krishna, con conciencia de Krishna.
El hombre ignorante olvida que a la Suprema Personalidad de Dios se lo conoce como Hrisikesa, o el amo de los sentidos del cuerpo material, pues, debido a su prolongado abuso de los sentidos en la complacencia de los mismos, se encuentra de hecho confundido por el ego falso, que lo hace olvidar la relación eterna que tiene con Krsna”.
Nuestro olvido y el recuerdo
Volviendo a la realidad del alma, podríamos decir que el más preciado de nuestros componentes es la “la felicidad”, lógicamente, conectada a la eternidad y el conocimiento. En el preciso instante que, emprendemos el viaje de retorno hacia comprender nuestra conciencia original, todo lo finito que nos manipula emocionalmente, direccionándonos hacia las dualidades mentales, se disolverá naturalmente.
Desde esa plataforma, comprenderemos nuestra propia felicidad. No es un camino fácil, ya que estamos constantemente bombardeados por toneladas de situaciones y energías, que alteran nuestra percepción de la realidad.
No nos dejan ver que hay una realidad eterna y constante. Mucho menos aún podremos ver el tremendo juego divino que trasciende el plano material y del cual somos partícipes inconscientemente.
En Kali Yuga se estableció que la felicidad proviene de los sentidos y que está completamente conectada a la materia. Los controladores dieron especial énfasis en los mecanismos de manipulación relacionados a la felicidad, se esforzaron mucho en establecer patrones de felicidad, estándares de felicidad y toda una industria dedicada a convencernos sobre lo importante de desenvolver dicha felicidad.
Es por eso que, el mundo está corriendo constantemente en pro de adquirir elementos que establezcan, la felicidad que produce poseerlos. Hoy en día, la mayoría de las personas carecen de discernimiento producto de una inteligencia crítica, solo hay un tremendo peso social a la hora de decidir qué felicidad aceptamos y defendemos.
En GoVrindavan tenemos como meta el lograr situarnos en esta conciencia, incrementando constantemente la información sobre lo que somos verdaderamente. De esta manera, podremos entender con mucha más facilidad el laberinto donde estamos metidos y consecuentemente comenzar a establecer la felicidad del alma como una meta inamovible.
Les deseo mucha felicidad y que cada paso que den los lleve a comprender con más intensidad, el presente constante donde nos encontramos…
Nos vemos en el próximo post!!!
Radhe Radhe
Lila Madhava
